Traspasar un jardín
(el edén enmarañado)

Victor Palacios

…la tecnología, que ya había derrotado al paisaje,
comenzaba a meterse en nuestras mentes.
Pablo Capanna, prólogo a Para una autopsia de la vida cotidiana, J. G. Ballard

Es intolerable tener que detenerse ante los límites de un lienzo.
Clyfford Still

La pintura en sí misma. La pintura en tanto sustancia, cosa o materia en el mundo. La pintura libre de cualquier calificativo, forma o concepto es aquello que ha detonado el surgimiento de este jardín. ¡Adentrémonos! ¡Extraviémonos! Traspasemos de ida y vuelta sus linderos e innumerables paisajes.

La práctica artística de Enrique Hernández (Guadalajara, Jalisco, 1975) tiene como premisa cuestionar y complejizar el lugar de la pintura en la actualidad. En su lenguaje plástico y visual destaca la paulatina representación de paisajes híbridos colmados de distintos estratos físicos, temporales y contextuales. La arquitectura, el entorno urbano, la naturaleza y la tecnología digital entran en un campo de tensión con los siempre espesos conflictos de la imagen pictórica. Así, Hernández nos sitúa con su trabajo en un enmarañado pero estimulante forcejeo entre la materialidad, la virtualidad y la construcción de sentido.

El presente ejercicio expositivo tiene diversas facetas. Por un lado reúne una serie de obras realizadas en las últimas décadas y, por otro, materializa un amplio cuerpo de piezas bidimensionales y tridimensionales producidas in situ por el artista. La pintura se expande, rebasa los límites del lienzo para integrarse de lleno al espacio y enfatizar el diálogo con lo arquitectónico. Este siempre complejo abordaje del espacio a través de la pintura encarna asimismo una gama de nuevas posibilidades perceptuales y la forma en que el espectador recorre, literalmente, un ambiente de estas características.

Así, este jardín que media entre lo racionalista y lo adventicio, entabla conexiones con las ideas del influyente teórico y arquitecto norteamericano Steven Holl sobre la fenomenología de la arquitectura y la experiencia enmarañada: Más allá de la cualidad física de los objetos arquitectónicos y de los detalles prácticos del contenido, la experiencia enmarañada no es únicamente un lugar de acontecimientos, cosas y actividades, sino algo más intangible que surge a partir del despliegue continuo de espacios, materiales y detalles superpuestos”. Al respecto, Enrique Hernández manifiesta que esta peculiar circunstancia genera la posibilidad de un continuum experiencial de la pintura. ¡Volvámonos a adentrar!

...technology, which had already defeated the landscape,
was beginning to creep into our minds.
Pablo Capanna, prologue to For an Autopsy of Everyday Life, J. G. Ballard

It’s intolerable to be stopped by a frame’s edge.
Clyfford Still

The painting itself. Painting as a substance, thing or matter in the world. Painting free of any qualification, form or concept is what has detonated the emergence of this garden. Let's dive in and lose ourselves! Let's cross back and forth its boundaries and countless landscapes

The artistic practice of Enrique Hernández (Guadalajara, Jalisco, 1975) is premised on questioning and complexifying the place of painting in the present day. In his plastic and visual language stands out the gradual representation of hybrid landscapes filled with different physical, temporal and contextual layers. Architecture, the urban environment, nature and digital technology enter into a field of tension with the always thick conflicts of the pictorial image. Thus, Hernández places us with his work in a enmeshed but stimulating struggle between materiality, virtuality and sensemaking.

This exhibition has several facets. On the one hand, it brings together a series of works made in recent decades and, on the other, it materializes a large body of two- and three-dimensional pieces produced in situ by the artist. The painting expands, goes beyond the limits of the canvas to fully integrate itself into the space and emphasize the dialogue with the architecture. This always complex approach to space through painting also embodies a range of new perceptual possibilities and the way in which the viewer literally traverses such an environment.

Thus, this garden, which mediates between the rationalist and the adventitious, makes connections with the ideas of the influential American theorist and architect Steven Holl on the phenomenology of architecture and the enmeshed experience: “Beyond the physical quality of architectural objects and the practical details of content, the enmeshed experience is not only a place of events, things and activities, but something more intangible that emerges from the continuous unfolding of spaces, materials and superimposed details". In this regard, Enrique Hernández states that this peculiar circumstance generates the possibility of an experiential continuum of painting. Let's delve back in!